Según el nuevo estudio de BlackRock, tras la crisis del Covid-19 habrá 6 tendencias en el sector asegurador que cogerán velocidad. El año 2020 está generando unos cambios sin precedentes que sin duda se mantendrán en las compañías aseguradoras.
El 69% de los encuestados piensa que tras la pandemia los modelos de distribución cambiarán ganando terreno la venta online. Para el 58% los directivos preguntados consideran que se producirá una aceleración de la tecnología digital.
Los directivos también creen (55%) que la pandemia obligará a hacer una importante revisión de los gastos operativos así como una revisión de su responsabilidad heredada.
Para un 34% las fusiones y adquisiciones se incrementarán. Mientras que un 29% cree que el mercado demandará nuevos productos. En este sentido, la pandemia está acentuando la presión sobre un sector que ya se encuentra inmerso en un proceso de cambio, el futuro a corto plazo exigirá que los equipos directivos se centren en cómo rediseñarán sus modelos de negocio y dónde invertirán para generar beneficios. Más de un 60 % prevé una oferta de producto más flexible y personalizada que contemple una interacción más estrecha con los suscriptores de pólizas en una coyuntura de tipos reducidos. Las aseguradoras de Vida y multilínea planean priorizar la cobertura especializada del riesgo de pandemia (62 %) y los seguros de Vida con un componente de inversión (57 %) durante los próximos dos años.
Se trata, en definitiva de tendencias estratégicas que ya estaban en marcha y que han ganado impulso con la pandemia.
Según el estudio, estas tendencias también están repercutiendo en la predisposición al riesgo y la asignación de activos de las compañías de seguros: a más del 60 % le preocupa que las carteras registren una rentabilidad negativa y los posibles desembolsos relacionados con la Covid-19 que tengan que efectuar. No obstante, casi la mitad de las aseguradoras sostienen que están buscando incrementar su exposición al riesgo durante los próximos 12-24 meses y citan las inversiones alternativas y la renta variable como sus clases de activos predilectas. Al mismo tiempo, el estudio reveló que las firmas de seguros buscan incrementar sus posiciones en efectivo, y muchas de ellas se encuentran a la espera de las oportunidades de inversión adecuadas.
Ganan peso los criterios ESG
Por otro lado, el 78% de las compañías de seguros declara que las consecuencias de la Covid-19 están llevándolas a acentuar el énfasis que otorgan a las cuestiones ESG y a hacer mayor hincapié en los aspectos sociales y de buen gobierno.
Más del 50 % de los participantes en el estudio ha invertido en estrategias ESG concretas en el último año. Un 52 % ha hecho de los factores ESG un componente fundamental de su evaluación del riesgo de inversión en el marco del análisis de nuevas inversiones y casi un tercio (32 %) ha rechazado una oportunidad de inversión en los últimos 12 meses por albergar preocupaciones en materia de ESG. La implementación de estos criterios en la cartera puede realizarse de diferentes formas: reducir la intensidad de carbono de las carteras existentes, estructurar carteras alineadas con los objetivos del Acuerdo de París o realizar inversiones temáticas y de impacto. En efecto, las aseguradoras buscan integrar la sostenibilidad en las dos columnas del balance.
Los bajos de interés obligan a buscar productos alternativos
Además, ante la actual coyuntura de incertidumbre y de tipos de interés en cotas reducidas durante un periodo prolongado, cerca del 60 % de las compañías de seguros busca reposicionar sus carteras para combinar el énfasis en activos de calidad superior con una mayor diversificación, así como incrementar la flexibilidad de la cartera con un sólido gobierno corporativo. La predisposición al riesgo es sorprendentemente marcada: un 47 % busca incrementar el riesgo. Los riesgos macroeconómicos y de mercado que más preocupan a las aseguradoras incluyen los geopolíticos (57 %), la volatilidad del precio de los activos (64 %) y la liquidez (58 %). El entorno de tipos de interés persistentemente reducidos en los mercados desarrollados está llevando a las firmas de seguros a efectuar asignaciones considerables a productos alternativos no líquidos y a activos de mercados emergentes que ofrecen rentabilidades más elevadas.
Fuente: grupoaseguranza.com