Tras las demandas por cláusula suelo, es normal preguntarse si tu hipoteca también está afectada por ello, por eso, existen modos de saberlo.
El Tribunal Supremo ha informado este jueves de la decisión de los magistrados de suspender la deliberación sobre la ‘macrodemanda’ interpuesta por la Asociación de Usuarios de Banca, Cajas y Seguros (Adicae) y pasar el debate al pleno de la Sala de lo Civil el 1 de junio. Cabe recordar que se esperaba que los magistrados encargados de la demanda colectiva, presentada por Adicae, tomasen hoy una deliberación, si bien finalmente se ha optado por que sea el pleno de la sala quien aborde la cuestión y emita su decisión.
Recordemos que la cláusula suelo de una hipoteca es un tipo mínimo de interés que el hipotecado siempre deberá pagar, incluso si el euríbor más el referencial pactado sea menor que el citado interés. Pero, ¿cómo puedo saber realmente si mi hipoteca tiene este tipo de cláusula?
Uno de los primeros indicios de que estamos soportando una cláusula suelo lo tenemos cuando comprobamos que mes tras mes las rebajas del euríbor no se notan en nuestra cuota anual. Aunque la forma oficial es directamente acudir a la escritura de la casa o al recibo del banco.
Entre las claves de esta controversia está que la mayoría de los afectados por estas hipotecas no eran conscientes en ningún momento de a qué se estaban comprometiendo. Achacan, pues, una falta de información y transparencia que ha acabado en tribunales.
Las escrituras de la vivienda
En buena parte de escrituras el indicio más evidente aparece en la llamada cláusula financiera tercera bis, que es el punto en el que se establece el tipo de interés variable. El interés variable de la hipoteca existe como contrapartida al tipo de interés fijo, en cuyo caso se pagaría siempre el mismo tipo de interés sin considerarse las variaciones del mercado.
En la primera cláusula de nuestra escritura aparece el capital prestado, en la segunda suele venir el periodo de amortización y en la tercera vienen los intereses, que es donde se establece el tipo fijo, y en la tercera bis, el tipo variable.
Por norma general, en este último apartado suele aparecer el tipo de referencia, el diferencial, el sustituto y al final del todo, una cláusula que dice: «En ningún caso, el tipo de interés no podrá ser inferior al tanto por ciento» o «No obstante, las partes pactan que el tipo de interés no será inferior a X».
Otra forma para saber si estamos sometidos a una cláusula suelo es prestando atención a las cuotas que estamos pagando. Una persona a la que se le ha estado aplicando una cláusula suelo desde 2009 hasta ahora puede comprobar que su cuota no ha variado.
Si no se puede localizar la cláusula suelo en la escritura -bastante habitual cuando se trata de una hipoteca con subrogación del constructor- una prueba efectiva de su existencia se logra mirando el último recibo bancario del pago de tu hipoteca.
Si el tipo de interés que aparece en él no coincide con la suma del euríbor + diferencial que se tenga pactado, ese es el suelo. Un ejemplo: si se ha firmado un tipo de interés hipotecario del 0,65 más el euríbor (-0,018% a fecha de 10 de junio) y en el recibo aparece un tipo, por ejemplo, de 2,60%, es evidente tenemos cláusula suelo.