El costo de la vida en España ha aumentado debido al encarecimiento de la cesta de la compra, la energía, los carburantes y el nivel de vida en general, lo que ha reducido la renta disponible para las familias. Esto, junto con el aumento de los precios de la vivienda y los tipos de interés, ha hecho que sea cada vez más difícil comprar una casa.
Según el Banco de España, al cierre del segundo trimestre de este año, las familias españolas necesitaban 7,6 años de su salario bruto para comprar una vivienda si pudieran ahorrar el salario íntegro sin necesidad de solicitar una hipoteca, algo casi imposible para la mayoría de los trabajadores debido a otros gastos que deben afrontar. En el caso de solicitar una hipoteca, los hogares deben destinar el 38,9% de sus ingresos brutos anuales disponibles para pagar las cuotas durante el primer año, el mayor esfuerzo registrado desde mediados de 2011.
El esfuerzo teórico anual se refiere a la cantidad de renta que un hogar debe destinar para comprar y mantener una vivienda, incluyendo hipoteca, impuestos y seguros. Se recomienda que esta tasa de esfuerzo no supere el 30% de los ingresos, pero muchas familias la superan desde hace varios meses.
El Índice de Accesibilidad de Sociedad de Tasación ha descendido un 25% en los últimos 12 meses debido a una política monetaria más restrictiva y al encarecimiento de la financiación. Las provincias que superan el nivel de esfuerzo razonable (35% de los ingresos) incluyen Islas Baleares (60,1%), Málaga (48,7%) y Madrid (41,6%).
Además, el costo de las hipotecas también está aumentando, con una cuota hipotecaria mensual promedio de 703,9 euros en España en el segundo trimestre del año, lo que representa un aumento del 3% respecto al trimestre anterior. Esto significa que el pago de las hipotecas ya consume casi el 33% del salario, lo que supera el umbral recomendado del 30% para el endeudamiento hipotecario. En algunas regiones, como las Islas Baleares, este porcentaje llega al 58,2%.
