La incertidumbre es una sensación que invade a todos lo que firman una hipoteca, especialmente cuando se hacen cálculos sobre cuánto tiempo tardará en saldarse esta deuda. Dependiendo de la situación personal de cada uno, será conveniente un plazo determinado de tiempo.
Uno de los elementos que debemos tener cuenta antes de firmar una hipoteca es el plazo de amortización. Es decir, el tiempo en el que vamos a devolver al banco el dinero nos ha prestado más los intereses. Cuanto mayor es el plazo, más intereses se tendrán que asumir, pero las cuotas mensuales serán más bajas. Actualmente, el periodo medio en España se sitúa por debajo de los 24 años, aunque hay bancos que permiten firmar el contrato a 30 o 40 años.
Repasamos todas las claves a tener en cuenta para descubrir qué plazo de amortización elegir antes de firmar la hipoteca:
- ¿Qué es el plazo de amortización de una hipoteca?
- ¿Cómo influye el plazo de amortización en la hipoteca?
- ¿Cuáles son los plazos de amortización más habituales?
- ¿Cómo elegir el plazo de amortización del préstamo?
¿Qué es el plazo de amortización de una hipoteca?
Se habla de plazo de amortización para referirse al tiempo que se establece para saldar la deuda que se contrae con el banco cuando se va a pedir una hipoteca. Es decir, el tiempo en el que debemos devolver tanto el capital prestado como los intereses que el banco nos cobra por dicho capital prestado.
¿Cómo influye el plazo de amortización en la hipoteca?
El plazo de amortización influye tanto en la cantidad de las cuotas que pagamos por la hipoteca como en el tiempo que las estamos pagando. En este sentido, cuanto más largo sea el plazo de amortización, más años estaremos devolviendo dinero al banco. Sin embargo, plazos más largos también implican cuotas más pequeñas. Es decir, que aunque tengamos que pagar muchas cuotas, estas representarán cantidades más pequeñas, por lo que será más fácil de pagarlas mes a mes.
Por el contrario, plazos de amortización más cortos implica que nuestra deuda con el banco será más corta en el tiempo. Sin embargo, para poder saldar la deuda en este período más corto de tiempo, es necesario que devolvamos el dinero en cantidades mayores. Es decir, que plazos de amortización más cortos implican cuotas más elevadas que pagar cada mes.
¿Cuáles son los plazos de amortización más habituales?
En España, el plazo medio de amortización de una hipoteca es de 23 años y 7 meses. Sin embargo, los plazos de amortización pueden ser muy variados, ya que dependen tanto del tiempo que se escoja para devolver el dinero como de la cantidad de dinero prestado que haya que devolver.
Por lo general, cuando se contrata una hipoteca, lo más habitual es que los plazos de amortización sean de una hipoteca a 20 años o de una hipoteca a 30 años. No obstante, en el caso de las hipotecas más largas, también se pueden encontrar hipotecas a 35 años, o incluso hipotecas a 40 años. Aunque no son las más habituales, ya que, debido a la longevidad de este tipo de préstamos, son percibidos con mayor riesgo por parte de los bancos.
¿Cómo elegir el plazo de amortización del préstamo?
Para elegir el plazo de amortización de una hipoteca lo más recomendable es hacerlo en proporción a los ingresos que se tiene. Como norma general, se aconseja que, a la hora de pagar la hipoteca, esto no suponga nunca más del 40% de los ingresos.
Por ejemplo, si se cobra un sueldo de 1.000 euros, lo más aconsejable es que el pago de la cuota de la hipoteca no supere los 400 euros mensuales. En el caso de un sueldo de 1.500 euros, lo más aconsejable es que la cuota de la hipoteca no supere los 600 euros, y así sucesivamente.
Este es un factor importante que debemos tener en cuenta a la hora de pedir una hipoteca, ya que puede ayudarnos a saber qué casa nos podemos permitir y qué nivel de endeudamiento podemos asumir.
De este modo, a la pregunta de cómo elegir el plazo de amortización de la hipoteca, cabe señalar que el plazo más adecuado dependerá tanto de la cantidad de dinero prestado como del nivel de ingresos de los titulares de la hipoteca. Teniendo en cuenta estos dos factores, se deberá identificar cuánto es el 40% de los ingresos y, a partir de esta cifra, establecer la cuota máxima que se recomienda asumir. De este modo, a partir de esa cuota máxima y el capital prestado, se podrá establecer el plazo de amortización más recomendable en cada caso.
Fuente: www.idealista.com