El Euribor empieza a salir de sus mínimos históricos y ha cerrado febrero con un incremento muy ligero, lo que ha causado cierta preocupación entre todos los que tenemos una hipoteca, no obstante todo parece indicar que hasta que no se salga de la crisis el índice seguirá en valores negativos.
Viraje, mínimo, en el Euribor. Tras cerrar febrero con un ligero incremento, el primero desde junio y saliendo de mínimos históricos, que venga un cambio de tendencia tiene en vilo a los hipotecados. Alguno piensa ya en el fin de una era atípica para las hipotecas a tipo variable.
Nada más lejos de la realidad. Los expertos no ven mayores motivos de preocupación, al menos por ahora. Hasta que no se consolide la salida de la crisis, la apuesta es a un índice que seguirá en negativo, el mejor panorama para el cliente.
“Todavía es muy pronto para ver si hay un cambio de tendencia, y no está previsto que suba demasiado, ni varíe tanto como el año pasado”, plantea Silvia Escámez, cofundadora y directora de Prohipotecas.
El leve repunte viene por la mejora de expectativas al calor de la mejora económica y el avance de la vacunación, pero las entidades trabajan con escenarios de Euribor a -0,40% a lo largo del 2021, incluso en el 2022. “Esperamos que se mantenga en terreno negativo este año, aunque vaya tendiendo a estabilizarse”, incide Simone Colombelli, director de hipotecas de iAhorro.
Los que tengan su préstamo referenciado al índice “seguirán ahorrando”, por lo menos un tiempo, ya que los tipos son más bajos que cualquier referencia de hace medio o un año, lo que se cambia al revisar las cuotas. Aún con la subida, se pagará menos. Por eso, ve como mejor opción la hipoteca variable para los préstamos a corto o medio plazo.
Pero en el mercado, en estos ya cinco años de Euribor negativo los bancos han empujado hacia hipotecas a tipo fijo. No les supone el negocio del siglo, si es que ganan dinero, pero con ellas consiguen captar clientes “por más tiempo”. “El valor añadido que consigue al firmar una hipoteca con un cliente es retenerlo por un periodo de tiempo, generalmente extenso. Y eso conllevará que traslade otros productos como cuentas, seguros, nómina…”, argumenta Colombelli. Ahí sí que sacaría tajada.
Escámez cree que sigue siendo una rentabilidad baja, por lo que los bancos subirán precios en los tipos o los productos vinculados en las hipotecas fijas, sobre todo si tienen que cubrirse de una mayor morosidad por la crisis. “Aunque seguirán siendo recomendables a largo plazo”, por el bajo interés y “porque no sabes qué pasará en 30 años”, argumenta.
Perspectivas
Cómo se salga de la crisis y la estrategia del BCE marcan el futuro del índice
De ese futuro del Euribor dependerán varios factores. El principal, una subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), algo descartado a corto plazo.
En iAhorro también se apunta a la salida de la crisis. “Cuanto más rápida sea la recuperación, más rápido veremos al Euribor estabilizarse. En un entorno positivo el indicador tiende a subir”. Así, vacunas, planes de estímulo y vuelta a la normalidad marcarán el paso. De momento reina la incertidumbre y el BCE no tiene intención de subir tipos. “Las cuotas se mantendrán muy bajas.
Pero a medio plazo, en dos o tres años, la cosa sí puede cambiar. Si la economía europea experimenta una mejora importante, la inflación podría dispararse. Y si supera el 2%, límite máximo marcado por el BCE para garantizar la estabilidad de precios, podría subir los tipos para estancarla, lo que haría subir el Euribor”, alerta Miquel Riera, experto en hipotecas de HelpMyCash.com. También puede pasar lo contrario, que el repunte sea moderado y se cumplan incluso las previsiones que ven el Euribor en negativo hasta el 2030.
En cualquier caso, para los más desconfiados hay varias formas de cubrirse de una hipotética escalada. Una es pasarse al tipo fijo, revisando las condiciones con el banco o con una subrogación –cambiar el crédito de entidad–, expone Riera. Otra es pactar un límite al alza en el interés que se aplique, para evitar una subida fuerte si el Euribor se dispara, aunque el banco puede obligar a contratar algo a cambio. Por último, se puede optar por un producto adicional que limite los incrementos al alza y a la baja, “pero son complejos y cuestan dinero, no son aconsejables si no se comprenden”, advierte.
La subrogación se erige como gran salida. Desde Prohipotecas señalan que han crecido el 30% el último año, sobre todo para pasar de tipo variable a fijo. “El momento es inmejorable. No hacerlo con los tipos actuales si nuestras condiciones han empeorado en los últimos años sería desaprovechar una gran oportunidad”, cree Colombelli. El viento aún sopla a favor de los hipotecados.
Fuente: lavanguardia.com