El seguro de vida, indispensable para la tranquilidad

Los seguros son una herramienta para vivir con una mayor tranquilidad. Ante la gran oferta que existe, es importante saber cuáles son los más importantes y útiles.

Si quieres asegurarte de que tu familia tenga una cobertura en caso de un imprevisto, es posible que estés buscando un seguro de protección personal.

Existen multitud de tipos de seguros y de empresas aseguradoras, por lo que deberás dedicarle tiempo a comparar las diferentes coberturas y su precio, pero también la letra pequeña.

Seguros de vida

Es el principal tipo de cobertura para proteger a la familia en caso de fallecimiento o incapacidad parcial y total, y permiten cobrar una indemnización en caso de muerte o incapacidad fortuita. Según la tarifa elegida, es posible que en ciertos casos no se cobre el seguro.

A la hora de elegir un seguro de vida, entran en juego las indemnizaciones más habituales, como recibir una indemnización de una sola vez (seguro de vida riesgo) o una ayuda mensual (seguro ahorro). Pero también el llamado doble capital (que multiplica la cuantía recibida bajo casos concretos, por ejemplo, si el accidente es de coche o de trabajo), los gastos de sepelio (gastos de funeraria y entierro) y la repatriación (coste de enviar un cuerpo si el fallecimiento o el accidente tiene lugar en el extranjero).

El precio anual del seguro varía enormemente según las coberturas y las indemnizaciones, pero también según el perfil de la persona. Alguien con un empleo de mucho esfuerzo físico o nerviosismo, o que practique deportes de riesgo, tendrá una cuota elevada. También dependerá de la salud del cliente, de su edad, y de multitud de factores relacionados con su modo de vida.

Es importante que el asegurado dé datos reales sobre su situación, ya que el contrato puede tener una cláusula que libere a la aseguradora de pagar si el cliente ha mentido.

Seguros de accidentes

Permite cobrar una compensación en caso de que un familiar fallezca o quede inválido por un accidente fortuito. La cobertura determinará qué clase de imprevistos se consideran accidentes y qué tipo de invalidez o lesión recibe entra en la cobertura.

La cobertura más básica suele cubrir el fallecimiento y la invalidez permanente, aunque pueden contratarse coberturas adicionales como incapacidad total o parcial por accidente de trabajo o de coche, o fallecimiento o incapacidad temporal por problema cardiovascular, entre otros.

El seguro de accidentes indemniza tanto el tratamiento de la dolencia como las consecuencias económicas sobre la familia del afectado. En el ámbito del accidente, el seguro puede asumir los costes del traslado y los gastos hospitalarios, además de costes derivados como las cuotas de autónomo, la cirugía estética posterior o el pago de facturas o del colegio de los hijos.

En caso de fallecimiento o incapacidad, la familia puede recibir una indemnización en bruto, un pago mensual, la cobertura de gastos del entierro, el pago del alquiler o la hipoteca, el coste de la asistencia psicológica…

Seguros de asistencia sanitaria

Da al cliente, y a su familia si se contrata, cobertura sanitaria en centros privados. Estos seguros varían enormemente a la hora de contratarlos, por lo que tendrás que asegurarte de qué dolencias están incluidas en la cobertura.

El seguro sanitario puede ser de diferentes tipos. Cuadro médico (tienes una lista de centros a los que acudir), reembolso de gastos (puedes ir al centro que quieras y te reembolsan el coste) y mixto, que combina las dos. Además, existen seguros concretos para atención dental.

Los seguros de salud, suelen cubrir al menos las consultas médicas y los especialistas, pero no todos incluyen hospitalizaciones. También presta atención a posibles carencias, el periodo de tiempo que pasa desde que firmas el seguro hasta que puedes empezar a acudir al médico con cobertura.

Una de las claves del seguro sanitario es si incluye o no copago. El copago obliga a la persona a pagar una parte del servicio cada vez que se acude al médico, y la póliza puede tener un límite de copago anual o no tenerlo. Cuanto menor sea el copago, o su ausencia, más caro será el seguro.

 

Fuente: www.eleconomista.es

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