¿En qué momento entra en juego el avalista de la hipoteca?

El avalista es un tercero que se encarga de devolver el dinero de un préstamo en caso de que sus titulares no puedan hacerlo, pero, ¿en qué momento es necesario que el avalista entre en juego?

Es habitual que si una persona o una pareja tienen empleos inestables o pocos ingresos, el banco les exija un avala antes de concederles una hipoteca. De esta manera, si se quedan sin trabajo y no pueden hacer frente a las mensualidades, un tercero se hará cargo de devolver el préstamo.

Sin embargo, los problemas llegan cuando los titulares no pueden pagar la hipoteca y se acerca la ejecución del aval, ya que la letra pequeña del contrato marcará la diferencia.

El avalista de un préstamo es responsable de la deuda total del firmante y debe responder ante la entidad con todos sus bienes presentes y futuros.

Aquí se incluyen sus inmuebles (como la vivienda) y sus bienes e ingresos (como la nómina o los ahorros). Estas garantías deben estar tasadas para conocer su valor real. También es posible, si figura en el contrato, que el avalista solo garantice un porcentaje de la deuda. Por ejemplo, si solo cubre la mitad de la hipoteca y el titular ya ha devuelto más del 50%, el avalista se desprenderá de su obligación.

Otra de las cuestiones clave que figura en el contrato son los periodos de ejecución del aval. Normalmente, cuando el titular pasa tres meses sin abonar las mensualidades, la entidad ya puede exigir al avalista hacerse cargo de la deuda.

El Banco de España reconoce que en los contratos de hipotecas es frecuente que haya «controversia sobre las condiciones que deberán concurrir para que el aval sea ejecutable».

Como cada contrato de hipoteca tiene sus propias cláusulas, el regulador español recomienda que en el texto donde se recogen las garantías a las que se comprometen los avalistas deben:

-Permitir su calificación jurídica inequívoca, posibilitando, en su caso, la identificación segura del régimen legal aplicable.

-Determinar y concretar la obligación garantizada

-Señalar el plazo de duración, vigencia y, eventualmente, exigibilidad de la garantía. El plazo de garantía es el periodo que tendrán los avalistas para cumplir con sus obligaciones, una vez iniciado el plazo de ejecución del aval. Mientras que el plazo de caducidad es la fecha en la que los avalistas dejarán de estar atados a una responder ante una deuda, que normalmente coincide con el momento en el que se devuelva todo el préstamo.

-Establecer determinados requisitos para la exigibilidad, normalmente de acreditación por medios documentales, que debe cumplir el beneficiario al reclamar la ejecución de la garantía.

Cuándo me van a pedir avalar mi préstamo

El requisito base para pedir toda hipoteca es que la cuota mensual no supere el 40% de los ingresos netos del cliente -si gana 1.400 euros al mes, no podrá pagar más de 560 euros de hipoteca-, aunque es recomendable reducir ese porcentaje hasta el 30%.

Pero aun cumpliendo con ese requisito, hay ciertos perfiles de riesgo que suscitan dudas en los bancos. Por ejemplo, aquellos solicitantes muy jóvenes (por debajo de los 30 años), con contratos temporales o con un contrato indefinido reciente o autónomos con ingresos irregulares.

En estos casos es muy común que las entidades de crédito pidan un aval para conceder la hipoteca. De hecho, los bancos tienen derecho a pedir cualquier tipo de aval antes de conceder un préstamo.

Qué es un aval y un avalista

-El aval es una garantía que ofrece el deudor en caso de que no pueda hacer frente al pago de la hipoteca. Este aval debe estar libre de cargas, y suele ser una propiedad inmobiliaria ya pagada, como la primera vivienda en el caso de que se vaya a comprar una segunda. Si se ejecuta el aval por impago del préstamo, la propiedad será vendida o subastada para sufragar la deuda.

-Los avalistas son las personas que figuran en el contrato de la hipoteca como responsables del cumplimiento de la devolución de la deuda. Es decir, si el firmante del préstamo no puede hacer frente al pago de las cuotas, los avalistas responderán con su patrimonio presente y futuro de la devolución de la deuda.

Es importante recalcar que si un avalista finalmente se hace cargo de la deuda de un préstamo a nombre de un avalador, tendrá derecho a exigirle lo pagado por su parte, con intereses y gastos.

 

Fuente: www.eleconomista.es

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