El encarecimiento constante en las cuotas de la hipoteca así como las subidas de tipos están frenando considerablemente la firma de préstamos.
La demanda de hipotecas en España cayó en septiembre a mínimos del gran confinamiento de 2020 por la pandemia debido a las subidas de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE), según la última encuesta sobre préstamos bancarios del Banco de España. La institución que dirige la política monetaria de la eurozona incrementó el ‘precio’ del dinero de referencia 0,5 puntos en julio y otros 0,75 en septiembre, desde el 0% en el que lo mantenía para favorecer la recuperación del histórico de la COVID.
Este mismo jueves, se prevé que el BCE aumente 0,75 enteros más los tipos de interés en su agresiva estrategia de “enfriar” la economía y luchar así contra la inflación desbocada. Una decisión que implica riesgo de provocar una recesión más larga y profunda respecto a la frenazo que de por sí ya suponen la elevada incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética.
Por lo tanto, la institución que preside Christine Lagarde asume un incremento del desempleo. En nuestro país, la creación de puestos de trabajo y la mayor estabilidad de los contratos tras la reforma laboral están siendo el principal dique de contención para el consumo y la actividad en general, pese a la histórica pérdida de poder adquisitivo de las familias por las subidas de precios.
El primer daño de la política monetaria del BCE se refleja ya en el mercado hipotecario, donde las condiciones de los préstamos para adquirir una vivienda se han endurecido notablemente en los últimos tres meses. Y lo ha hecho mucho más en España que en el conjunto de la eurozona. Una diferencia que significa que la banca está siendo incluso más agresiva en nuestro país al trasladar las subidas de tipos oficiales.
El principal índice que marca este endurecimiento es el Euribor, que viene anticipando este escenario y ha pasado de estar en negativo a finales del año pasado a dirigirse al 3%. Este índice es la referencia sobre la que se añaden el resto de costes de las entidades hasta formar el precio total de los préstamos para viviendas, ya sean hipotecas nuevas, o a tipo variable que se revisan. El resultado a corto plazo es un hundimiento de la demanda.
La misma encuesta del Banco de España muestra precisamente que se han deteriorado muy rápido, en apenas semanas, y muy preocupantemente los criterios de concesión de las hipotecas. Y que seguirán empeorando. “El ritmo de contracción de la oferta [de hipotecas] habría sido el más elevado registrado en un trimestre desde 2008”, lamenta el Banco de España.
“Esta evolución sería fundamentalmente consecuencia de un aumento de los riesgos percibidos, vinculados al deterioro de las perspectivas económicas generales y del mercado de la vivienda, y, en menor medida, al empeoramiento en la solvencia de los prestatarios, a una menor tolerancia al riesgo por parte de las entidades financieras, a los mayores costes de financiación soportados por los bancos y a una menor disponibilidad de fondos. En línea con esta evolución de la oferta, habría crecido el porcentaje de peticiones de créditos rechazadas”, continúa la institución.
El ritmo de contracción de la oferta [de hipotecas] habría sido el más elevado registrado en un trimestre desde 2008
“También las condiciones generales aplicadas en estos préstamos se habrían endurecido entre julio y septiembre, por segundo trimestre consecutivo, lo que se habría traducido en un aumento de los tipos de interés aplicados, como consecuencia, principalmente, de los mayores costes de financiación de las entidades y, en menor medida, del aumento de los riesgos percibidos”, detalla.
El BCE seguirá subiendo tipos
De momento, no hay ningún signo de que el BCE vaya a rebajar su agresividad. Principalmente, porque la brecha que le separa de las subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos es muy grande (allí van ya por el 3,25%, frente al 1,25% de aquí) y perjudica al euro -el dinero busca en los mercados financieros mayor rentabilidad en los activos denominados dólares-.
Este movimiento de capitales a su vez es inflacionista en la eurozona porque encarece las importaciones de petróleo o gas. Y también otras materias primas, ya que todas se compran en la divisa norteamericana.
Los condiciones y criterios de los préstamos a los hogares para el consumo o a las empresas también se han endurecido, aunque en menor medida que las hipotecas. Por esta razón, la demanda de estos tipos de créditos ha caído en el tercer trimestre, pero bastante menos, según datos de la encuesta del Banco de España.
“Las entidades financieras españolas anticipan, para el último trimestre del año, un nuevo endurecimiento generalizado de las condiciones de acceso a la financiación”, avisa la institución.
Fuente: www.eldiario.es